CIUDAD DE MÉXICO, 06 de junio, (CDMX MAGACÍN).– El Gobierno federal no pacta con delincuentes y quienes señalan lo contrario olvidan que “durante el viejo régimen el crimen organizado y el de cuello blanco se coludieron”, aseveró el coordinador parlamentario de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila. Mediante un artículo de opinión titulado “El
CIUDAD DE MÉXICO, 06 de junio, (CDMX MAGACÍN).– El Gobierno federal no pacta con delincuentes y quienes señalan lo contrario olvidan que “durante el viejo régimen el crimen organizado y el de cuello blanco se coludieron”, aseveró el coordinador parlamentario de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila.
Mediante un artículo de opinión titulado “El dilema”, el senador indicó que es inadmisible que, por razones políticas, se trate de vincular al Gobierno con el crimen organizado; “eso es una desmesura y una conducta ruin”.
Más aún, asentó, cuando ese contubernio, iniciado hace décadas por los grupos políticos que hoy buscan empañar los esfuerzos realizados en materia de seguridad, se rompió por completo con el inicio de esta nueva administración.
El legislador explicó que la llegada al poder de un gobierno de izquierda, comprometido con la pacificación del país, se cuestionó si lo más conveniente era continuar con una guerra frontal contra el crimen organizado u optar por instalar una estrategia de largo plazo para quitarle a éste su base social.
En su momento, detalló, la solución fue generar una nueva estrategia de seguridad pública que combinara la reconstrucción del tejido social a través de una política de bienestar universal, sumada a la creación de una nueva corporación, la Guardia Nacional.
No se puede negar que ante el cambio de paradigma de combate al crimen organizado estas células se radicalizaron, puntualizó, además de que la fuerza que construyeron durante los años en que actuaron con plena impunidad les permitió seguir avanzando en el control de territorios en donde el Estado se debilitó.
Por ello, Monreal Ávila aseguró que resolver el problema de seguridad pública en el país requiere encontrar un equilibrio contundente, en el que no se permitan la impunidad ni la tolerancia, pero que tampoco se llegue a la excepción en la aplicación de la ley.
“Uno en que no haya treguas que lesionen y afecten la convivencia social, pero que tampoco criminalice a las personas que son víctimas de las fallas de un sistema que las dejó en la indefensión durante décadas. Una armonía entre la fuerza del Estado y la protección de los derechos de toda la población”, subrayó el senador.
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