La cargada al más recalcitrante estilo priísta que pretendieron los integrantes del histórico Consejo Estudiantil Universitario (CEU) para apoyar a Claudia Sheinbaum hacia la Presidencia en el 2024 resultó un fracaso: ni acudieron los líderes más importantes de aquel movimiento, y hasta la ungida los dejó plantados.
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
La cargada al más recalcitrante estilo priísta que pretendieron los integrantes del histórico Consejo Estudiantil Universitario (CEU) para apoyar a Claudia Sheinbaum hacia la Presidencia en el 2024 resultó un fracaso: ni acudieron los líderes más importantes de aquel movimiento, y hasta la ungida los dejó plantados.
Desde hace algunas semanas destacados integrantes de aquel movimiento 1986-1987, gracias al cual persiste la gratuidad en la UNAM, en un grupo de Whats App que tienen lanzaron la invitación “CEU 36 años y sonando. Bailongo, Salón Los Ángeles, 31|10| 22|19:00 h, Convoca: CEU con Claudia”.
La sola invitación generó discusiones acaloradas. Durante varios días cruzaron mensajes fuertes. Una de las paradojas es que quienes eran los más activos en contra de los abusos del gobierno, la arbitrariedad policial e incluso la represión militar como la de 1968, ahora los señalan de comparsas del gobierno militarista. Y quienes ahora son críticos de la “4T” son tachados de “conservadores”.
Alguien descartó ir al “bailongo”, y usó como argumento una frase del extinto escritor José Emilio Pacheco: “Ya somos todo aquello contra lo que luchamos a los veinte años”.
Unos se acusaban de oportunistas, porque ven como un hecho inminente que Sheinbaum será la próxima presidenta de México, y desde ya están buscando su lugar en la burocracia. Éstos se defendían y alegaban que es el momento político exacto (timming) para apuntalar a la Jefa de Gobierno.
También debatieron y criticaron que se estaba utilizando de manera ilegítima e ilegal a un movimiento estudiantil cuyos fines fueron totalmente nobles. Todo, por apuntalar ambiciones personales, decían.
El lunes por la noche Sheinbaum no asistió. Hay dos versiones del por qué. La primera: por prudencia, pues participar en una reunión de estas características, pudo haber desbordado los ánimos de celebración y que las porras y aplausos fueran vistos como un acto anticipado de campaña, hecho muy apetitoso para sus adversarios, empezando por los de Morena.
La otra razón, según cuentan, es que Sheinbaum estuvo monitoreando quiénes y cuántos iban llegando al salón Los Ángeles, y al filo de las 21:00 horas hizo un corte de caja para decidir: como asistieron menos de los esperados prefirió no ir, para que no se diera un mensaje de que la mayoría de los integrantes del CEU desatendieron la convocatoria de apoyo a Sheinbaum.
Ya en el “bailongo”, se oía decir: “Ni están todos los que somos, ni somos todos los que están”. Y es que no acudieron los principales líderes del CEU, como Antonio Santos, hoy muy importante en la estructura electoral que construye Sheinbaum para 2024.
Tampoco asistió Imanol Ordorika, quien es investigador de la UNAM y tiene como proyecto convertirse en rector de la máxima casa de estudios, cuando Sheinbaum sea la presidenta. Eso dice.
Entendible que no estuviera presente quien es considerado el principal líder del CEU, Carlos Imaz, no sólo porque su relación personal con la jefa de Gobierno está rota hace más de una década, sino incluso pesa más que terminó defenestrado luego de que en abril de 2004 se hizo público un video en que se le veía recibiendo dinero del empresario Carlos Ahumada. Imaz desapareció de la escena política desde entonces.
Así, los organizadores de esta intentona de cargada para Sheinbaum no sólo quedaron mal con ella, también quemaron la posibilidad de que, en 2023, acaso ya siendo la elegida de Morena, pudiera recibir el apoyo del CEU histórico.
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