Más allá de abrirles procesos penales y perseguir a la oposición, Claudia Sheinbaum tiene que frenar la descomposición de la CDMX si quiere recuperarla, porque hoy por hoy Morena la tiene perdida y cada día sigue creciendo la gente que desaprueba su gestión.
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
El inicio del próximo año será clave para las aspiraciones presidenciales de Claudia Sheinbaum, pues tendrá que revertir de manera urgente la tendencia decreciente en los niveles de aceptación de ella misma y del presidente Andrés Manuel López Obrador en la capital, porque es casi impensable que pueda ganar la primera magistratura en 2024 si pierde la CDMX.
Hoy por hoy, la oposición en su conjunto tiene poco más del 50% de la intención de voto, y eso lo saben en el gobierno capitalino, por ello es que han lanzado una ofensiva muy intensa en contra de la oposición, específicamente el PAN, porque el PRI se ha plegado completamente a los designios de Sheinbaum.
Parte de esta ofensiva es la orden de aprehensión que obtuvieron hace un par de semanas en contra del coordinador de los diputados del PAN en el Congreso de la Ciudad de México, Christian Von Roehrich, por asociación delictuosa y uso ilegal de atribuciones y facultades, pues le atribuyen corrupción en la construcción de inmuebles, con autorizaciones para edificar más pisos de los permitidos, cuando era delegado de Benito Juárez, 2015-2018.
Von Roehrich es del equipo de quien manda en el PAN capitalino, Jorge Romero, coordinador de los diputados federales de su partido. “Es el siguiente”, se jactan diputados de Morena. Suena lógico que así sea, pues ha votado en contra las dos iniciativas clave para López Obrador: la militarización de la seguridad pública hasta 2028 y la reforma constitucional en materia electoral.
Sin embargo, este golpeteo tampoco le asegura a Sheinbaum que va a recuperar la aprobación y tendencias electorales en la capital, pues en primer lugar existe la percepción de que hay una persecución política contra la oposición, persiste y crece la molestia de la clase media de la CDMX porque la economía no mejora y está bajo el acoso del presidente.
Y lo más sorprendente: las circunstancias han unificado a los panistas, en vez de dividirlos. Sí, porque ocurrió lo impensable: un pacto entre el propio Romero y quien durante muchos años fue su principal adversario en el PAN, Federico Döring, con lo cual éste llegó a la vicecoordinación (coordinación de facto) en el Congreso capitalino.
Al mismo tiempo, otros liderazgos importantes en el panismo local se fortalecieron, pero permanecen unificados, como el caso de Jorge Triana, diputado federal cercano a Santiago Creel; Obdulio Ávila, director de Gobierno de Coyoacán, y la senadora Kenia López Rabadán.
Al mismo tiempo, la disputa interna por la candidatura del PAN a la jefatura de Gobierno en 2024 también se emparejó, con lo que disminuyen las posibilidades de una ruptura y se abre el abanico, pues se cerró la diferencia entre los tres principales aspirantes, Xóchitl Gálvez, Santiago Taboada y Lía Limón, alcaldesa de Álvaro Obregón; precisamente ella sigue ganando terreno porque abanderó las causas feministas que ha abandonado la “4T”. Esto está medido: del total de la gente que no aprueba a Sheinbaum, el 59 por ciento son mujeres.
Por eso, más allá de perseguir y golpear a la oposición a fin de recuperar terreno, para Sheinbaum va a ser fundamental que desde el inicio de 2023 frene la descomposición de la capital. Para ello al menos tendrá que lograr la percepción social de que está más ocupada en cumplir su responsabilidad como gobernante, para lo cual la eligieron, que andar por todo el país los fines de semana haciendo eventos armados por los gobernadores de Morena a petición de López Obrador, con los que quieren hacer parecer que la jefa de Gobierno tiene un arrastre nacional, cuando ni en la entidad que gobierna es aprobada por la mayoría. Lo veremos.
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