Para Claudia Sheinbaum su historia y responsabilidad sobre su gestión al frente del Gobierno de la Ciudad de México terminó el día en que le concedieron licencia definitiva al cargo.
Glorieta de Colón
Para Claudia Sheinbaum su historia y responsabilidad sobre su gestión al frente del Gobierno de la Ciudad de México terminó el día en que le concedieron licencia definitiva al cargo. Triste realidad y elusión de todo compromiso con sus electores, evidenciado este martes, cuando en una entrevista de esas muy breves, ella a bordo de su auto, le preguntaron sobre las reparaciones que se debieron hacer en la Línea 9, según un documento el propio Sistema de Transporte Colectivo Metro. “Hay otros compañeros, que lo conteste el director del Metro, yo ya no soy jefa de Gobierno”, esquivó Sheinbaum. Tampoco debería extrañar, si cuando era jefa de Gobierno eludía este y otros espinosos temas, con mayor razón ahora.
Hora de hacer política
Es evidente que Martí Batres no está haciendo política y los problemas sociales irresueltos, desatendidos o criminalizados seguirán siendo focos amarillos y hasta rojos en su gestión. Resulta que hace un par de semanas metieron a la cárcel a dos de los principales líderes de los comerciantes de Tláhuac afectados por el desplome de la Línea 12 del Metro y posteriores obras de reconstrucción y reparación, acaso pensando en que con eso iban a apagar el movimiento de más de 200 comerciantes que conforman la agrupación “Yo también soy víctima de la Línea 12”. Ellos continúan con sus protestas sociales porque el gobierno nomás no les resuelve e indemniza por el daño que les causó a sus negocios, a su patrimonio. El lunes volvieron a cerrar Periférico Oriente, a la altura con el cruce de Avenida Tláhuac. Y seguirán, si Batres continúa criminalizando los problemas sociales sin hacer política.
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