En su camino hacia la jornada electoral del 4 de junio en la Ciudad de México, el aparato de Gobierno y su virtual candidata oficial, Clara Brugada, enfrentan dos situaciones muy complejas que al final podrían ser determinantes.
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
En su camino hacia la jornada electoral del 4 de junio en la Ciudad de México, el aparato de Gobierno y su virtual candidata oficial, Clara Brugada, enfrentan dos situaciones muy complejas que al final podrían ser determinantes: las clases medias y clases altas no los apoyan, y han agotado, extenuado sus estructuras electorales que deberían convencer a sus típicos votantes de clase media baja y baja de acudir a las urnas.
La primera de las complicaciones no está en las manos de Morena resolverla en el mediano plazo, pues será insuficiente que Brugada se dirija a esos públicos para recuperarlos. La población de “muy bajo” grado de marginación votó dos a uno a favor del PAN, PRI y PRD en 2021: 734 mil votos contra 340 mil de Morena y aliados. Eso fue con un 60% de participación electoral, por debajo de la que se esperaría para 2024, de un histórico de 65% en elecciones presidenciales.
Los votantes con “bajo” grado de marginación tal parece que se los volverán a disputar la oposición y Morena de nueva cuenta en 2024: 480 mil votos obtuvieron PAN, PRI y PRD, contra 470 mil de la alianza oficial. En este sector poblacional, la participación fue de 52%, y el apunte es que a Brugada no le ayudará si acuden más a las urnas.
A diferencia de 2021 en la CDMX, los bloques de población con “bajo” y “muy bajo” grado de marginación tuvieron una disminuida participación electoral en el Estado de México este año, al parecer por dos razones fundamentales: el partido al que había que sacar del gobierno de más de 90 años era al PRI, no a Morena, por lo que no era tan fuerte su oposición al triunfo de Delfina Gómez. Pero también incidieron las encuestas que daban hasta 20 puntos de ventaja para la morenista, lo que desincentivó la participación con la idea de que ya se había definido todo. Precisamente esa es la estrategia que quieren repetir con el cerco de las encuestas hacia 2024. Hoy quieren repetir esa estrategia.
En los sectores de población de “medio” y “alto” grado de marginación, que en su mayoría están con Morena, en 2021 la participación electoral alcanzó en el primer caso 46% y el 41%. En 2024 el gran reto será sacarlos a votar, y será bastante complicado porque su estructura electoral, basada en los “Servidores de la Nación” –unos 2 mil en la CDMX– a cinco años de gobierno ya está totalmente desgastada. El panorama es sombrío porque estos trabajadores están obligados a laborar cuando menos 12 horas diarias; terminado su turno deben hacer chamba electoral; los salarios apenas rebasan los 12 mil pesos mensuales.
Además, muchos han perdido la fe en el proyecto de la 4T porque a ellos no les hizo justicia, pues ni siquiera tienen una plaza laboral ni todas las prestaciones de ley, y viven en la incertidumbre de que mañana se pueden quedar sin empleo. Gran parte de los “Servidores de la Nación” no han tomado vacaciones en cinco años, y ni siquiera les dan el total de los viáticos que instruyó el presidente, sino el 50% que se los depositan directo en su cuenta de débito. Y lo peor es que ni siquiera con el triunfo de Sheinbaum tienen esperanza, porque durante estos cinco años ella ha dado preferencia al personal de “Participación Ciudadana” –también agotados– del Gobierno capitalino, y están convencidos de que los van a despedir si ella gana la Presidencia. Por eso hoy salen derrotados a las calles a hacer su labor, con un futuro desalentador.
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