El problema no sólo es local, ni nada más para Brugada, se convierte en nacional contra Claudia Sheinbaum: el efecto chilango se va a extender al Estado de México, como en 2021, e incluso puede magnificarse a todo el país, lo que podría poner en riesgo el triunfo de Sheinbaum. FOTO: Especial
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Después del debate del domingo, por más que digan que van arriba 15 puntos en las encuestas, en las presentaciones públicas de Clara Brugada y su grupo más cercano traen cara de afligidos.
Hay verdadera preocupación porque para la mayoría en la opinión pública Brugada perdió el debate y el cruce en las tendencias ya se dio, hasta en sus encuestas. Este problema no es local, se convierte en nacional contra Claudia Sheinbaum: el efecto chilango se va a extender al Estado de México, como en 2021, e incluso puede magnificarse a todo el país, lo que podría poner en riesgo el triunfo de Sheinbaum.
En Morena saben que son pura fantasía sus encuestas –muy caras– de que Sheinbaum tiene hasta el 70% de intención de voto y Xóchitl Gálvez apenas llega al 25%. No hay manera que eso cuadre contra los resultados electorales de 2021, contrastados con el desempeño de los gobiernos de Morena, que van de regular, a malos y muy malos.
En 2021, Morena tuvo poco más que 22 millones de votos, de los 48.8 que se emitieron, con una participación electoral de 52.5% en cifras redondas. Es decir, más de 26 millones de personas no votaron por ellos. La oposición PAN, PRI y PRD logró 21 millones de sufragios.
Hoy, las entidades más pobladas del país prácticamente las tiene perdidas Sheinbaum. En 2021, en la capital, PAN, PRI y PRD tuvieron casi 1.9 millones de votos, unos 100 mil más que Morena y aliados. Si el efecto CDMX se va al Edomex, Claudia no ganaría en las dos entidades más pobladas del país. En el 2021 Morena y sus aliados sumaron el 43% de los votos en el Edomex. La oposición tuvo el 43.5%. Habrá quien diga que en 2023 ganó Delfina Gómez, pero el comparativo es elección federal contra elección federal. Además, hoy en la opinión pública reprueban su gobierno, casi tanto como el de Martí Batres en la CDMX.
Sheinbaum tampoco tiene seguro el gane en Jalisco, el tercer estado más poblado, porque el gobernador Enrique Alfaro se decantó por Xóchitl Gálvez y puede haber un voto dividido a favor de ella y de MC a la gubernatura. Veracruz, el cuarto más poblado, no pinta nada bien para Morena y Sheinbaum. Todo apunta que van a perder. Puebla se va a complicar al final para el oficialismo, porque en las zonas urbanas de la capital y Tehuacán aventaja la oposición. La puede perder Claudia. Guanajuato, el sexto, ni se diga. En el séptimo más poblado, Nuevo León, que gobierna MC, la tendencia es que ganen PAN, PRI, PRD y Xóchitl Gálvez, e incluso Sheinbaum puede irse al tercer lugar. El octavo, Chiapas, lo debería ganar cómodamente Sheinbaum, a pesar de la violencia. De las ocho entidades que representan la mitad de la población y de la lista nominal, todo apunta que Sheinbaum puede ganar solamente dos. ¿De dónde sale su 70%? No se ve.
A Sheinbaum se le complica más el panorama por el pésimo desempeño de Morena y baja aprobación en varias de sus gubernaturas: Tamaulipas, Campeche, Quintana Roo, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Baja California, Zacatecas, San Luis Potosí. Otra vez: Sigue sin verse ese 70%.
En los próximos días, Morena, Sheinbaum y Brugada deberán reorientar las campañas en la CDMX, y que la gente deje de escuchar solamente “cartel inmobiliario” contra la oposición, pues el temita ya se les agotó. O enderezan el rumbo, o el efecto chilango podría ser devastador para Sheinbaum. Lo veremos.
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