No queda claro qué tanto va a ayudar la aplicación de la dosis de refuerzo por dos razones. La primera: enorme desinterés o desinformación de la gente que no acude a que la inoculen, y segundo: rechazan la vacuna porque es cubana.
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Aunque las autoridades no lo reconozcan, para fines prácticos ya estamos en la sexta ola covid. La paradoja es que pruebas diagnósticas hay de sobra, pero no hubo vacunas a tiempo para atemperar la oleada. Apenas el miércoles se reinició en la Ciudad de México la inoculación contra el SARS-CoV-2 para personas de 18 años en adelante, con la vacuna cubana Abdala.
No queda claro qué tanto va a ayudar la aplicación de la dosis de refuerzo por dos razones. La primera: enorme desinterés o desinformación de la gente que no acude a que la inoculen, y segundo: rechazan la vacuna porque es cubana.
En los 230 centros de salud que se anunció pondrían la vacuna, el miércoles aplicaron poco más de 2 mil dosis en toda la ciudad, un promedio de menos de 10 vacunas por cada sitio. Mucha gente declinó ponerse esta vacuna; piden la Astra-Zeneca, la Pfizer, o “aunque sea la rusa”, en referencia a la Sputnik que ya se aplicó en el país.
Parece que el posicionamiento de marketing de la vacuna cubana es muy malo y hay demasiados prejuicios culturales de que es mejor lo que proviene de Estados Unidos. Ningún riesgo científicamente probado hay al aplicarse la Abdala, pues ya fue aprobada para uso de emergencia por parte de la Comisión Mexicana de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Cierto, no tiene el visto bueno de la Organización Mundial de la Salud (OMS), igual que ha ocurrido también con las vacunas rusas o chinas contra el covid.
Sin embargo, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ve una ventaja importante de la vacuna Abdala: el 92.28 por ciento de efectividad para prevenir la muerte o una enfermedad severa por Covid. No causa efectos secundarios mayores que otras marcas de vacuna: cefalea (dolor de cabeza), somnolencia, astenia (debilitad o fatiga general), dolor o enrojecimiento del lugar de aplicación de la vacuna.
Charlé con el colega Víctor Godínez, quien fue corresponsal en Cuba durante casi 10 años para la Agencia Notimex. Le pregunté si se pondría la vacuna Abdala. No dudó en responder que sí y que la recomienda a su familia y a todo mundo.
Conoció el sistema de salud cubano del cual opina es muy bueno en investigación, en inoculación. ¿Pero por qué la OMS no otorga su aval a la vacuna Abdala? Los cubanos no informan la fórmula de sus medicamentos debido al embargo comercial, pues temen que les pirateen sus descubrimientos. Si entregaran las fórmulas a los organismos para obtener su aval, creen que las patentes caerían en manos de las grandes farmacéuticas privadas.
Es extraño que la gente no confíe en la vacuna cubana, porque en general la medicina isleña tiene muy buen prestigio en México: productos y medicamentos para atender tratamientos contra el cáncer, contra las adicciones, neurológicos, vitíligo.
En la charla con Víctor Godínez resalta que precisamente el embargo comercial ha hecho que los cubanos tengan que hacer solos sus propios medicamentos, pues es imposible que les lleguen fármacos de, por ejemplo, Estados Unidos y la mayor parte de Europa.
Así, ante el creciente número de casos activos de covid en el país, la vacuna cubana es lo único que hay, pues el gobierno de López Obrador no consiguió otras. (Esta columna y CDMX Magacín tomamos una semana de vacaciones. Volvemos el 2 de enero. Felices fiestas)
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