El jefe de Gobierno, Martí Batres, la candidata de Morena a la Jefatura de Gobierno, Clara Brugada y las tribus que se les aliaron comparten una postura política muy firme: ellos no se asumen ni como empleados ni como subordinados de Claudia Sheinbaum, aunque supuestamente traiga el “bastón de mando”. Son sus aliados. FOTO: GCDMX
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
El jefe de Gobierno, Martí Batres, la candidata de Morena a la Jefatura de Gobierno, Clara Brugada y las tribus que se les aliaron comparten una postura política muy firme: ellos no se asumen ni como empleados ni como subordinados de Claudia Sheinbaum, aunque supuestamente traiga el “bastón de mando”. Son sus aliados.
Al único que reconocen como su líder y jefe desde hace casi un cuarto de siglo es a Andrés Manuel López Obrador, y ante su inminente salida de la Presidencia, las tribus se desataron y se ha generado una enorme disputa por el poder al interior de Morena, en la que los dos personajes más confrontados son Sheinbaum y Batres.
Las tribus de Morena que comanda Batres se envalentonaron porque se asumen como los poseedores del control político en la Ciudad de México, sin el cual Sheinbaum va a perder presidenciales en la capital.
La disputa por el poder entre Sheinbaum y Batres comenzó desde que ella preparaba su salida de la Jefatura de Gobierno, en junio pasado, pues quería que su sucesora fuera la secretaria de Finanzas, Luz Elena González. Pero en Palacio Nacional le dijeron que sería Batres, quien de inmediato generó contraste entre su estilo de gobernar con el de ella.
El pleito por el poder entre Batres y Sheinbaum se agudizó cuando la contienda interna por la candidatura de Morena a la Jefatura de Gobierno, pues él fue el principal opositor a Omar García Harfuch, y al final le demostró a la ex jefa de Gobierno que con todo y que trae el supuesto bastón de mando le puede ganar batallas.
De hecho, en la interna le atribuyeron a Batres haber orquestado una campaña mediática en contra de Harfuch, y hasta difundieron un audio de una supuesta llamada telefónica del jefe de Gobierno ‘tirando línea’ para publicar noticias ciertas y “falsas” contra el ex jefe policial, así como encuestas de que Brugada prácticamente lo había empatado.
En su momento, el audio se atribuyó a espionaje telefónico, y líderes del partido oficial apuntaron al policía Harfuch. Sin embargo, hoy voces morenistas dicen tener indicios de que las grabaciones habrían salido de la Fiscalía de la Ciudad de México, pero no de las oficinas de Ernestina Godoy, sino de quien hasta el martes era el coordinador general de Investigación Territorial, Oliver Pilares, muy cercano al ex jefe policial, y a quien Batres bloqueó para que no fuera el encargado de la dependencia con la salida de Godoy.
En esta disputa por el poder con Sheinbaum, Batres se ha diferenciado de ella: le ha demostrado que él puede hacer cosas que ella no logró y contraviene sus decisiones. Por ejemplo, tiró a la basura el Plan General de Desarrollo (PGD) y el Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT) propuestos desde 2022 por Sheinbaum. Él sí logró develar el monumento “La Joven de Amajac”, en Reforma; reabrió casi el total de la siniestrada Línea 12 y la “nueva” Línea 1. También se atrevió a cerrar tres estaciones de la Línea 9, ante el riesgo de colapso en un tramo, casi llegando a la terminal Pantitlán.
En las últimas semanas, Sheinbaum le impuso a Morena CDMX candidatos externos para las Alcaldías en Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, Benito Juárez y Coyoacán. Batres y Brugada lo permitieron porque saben que en esas demarcaciones están perdidos.
Sin embargo, ahora la rebatinga está al máximo en Alcaldías como Azcapotzalco, Magdalena Contreras, Tlalpan, Gustavo A. Madero, Cuauhtémoc, donde Morena tiene amplias posibilidades de ganar. Y por eso Batres y las tribus que lo apoyan dicen que no van a permitir más “candidatos externos de Claudia”. Lo veremos.
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