Ante los militantes y dirigentes radicales de la “4T”, Omar García Harfuch no las tiene todas consigo en su ruta hacia la Secretaría de Seguridad Ciudadana del próximo gobierno de Claudia Sheinbaum. Todavía no les sacan de la cabeza que cuando Harfuch fungió como jefe de la policía en la capital del país usó las áreas de inteligencia de la dependencia para el espionaje político, como aquel caso que le atribuyeron de un audio de Martí Batres pidiendo que publicaran encuestas para levantar a Clara Brugada. También le endilgan que le armó un expediente a la hoy jefa de gobierno electa. Por ello, radicales de la 4T no ven con buenos ojos que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), antes Cisen, vaya a estar bajo el mando de Harfuch. Los militares han controlado ese organismo en este sexenio, con el general de división en retiro Audomaro Martínez. Habrá que ver si le sueltan ese juguetito político a Harfuch.
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