“Es más que evidente, que los animales en la Ciudad de México tienen sus derechos reconocidos en el marco jurídico, mismos que no están siendo respetados por la ciudadanía ni salvaguardados por las autoridades competentes”. Foto: Especial.

Ciudad de México, 12 febrero 2022 (ENRIQUE SERNA / CDMX MAGACÍN).- Instancias capitalinas como la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), la Procuradora Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) y la Fiscal General de Justicia (FGJCMX), así como la autoridad en Tláhuac, tendrán que coordinar acciones para evitar el envenenamiento de animales en el parque “Los Pericos”, de esa demarcación toda vez que así lo aprobó el Congreso de la Ciudad de México a solicitud de la morenista, Adriana Espinosa de los Monteros.

Según la diputada, vecinos de la Unidad Habitacional Villa Centroamericana y del Caribe denunciaron que varias personas colocan por la noche bandejas con comida que contiene, clavos, vidrios e, inclusive, veneno, “lo cual al acercarse los seres sintientes a dichos contenedores, ya sea porque son animales que no tienen hogar o salen a pasear con sus dueños, se acercan por instinto e ingieren dichos alimentos los cuales les causan afectaciones que pueden llegar a acabar con sus vidas” (sic), explicó en un comunicado.

“Es más que evidente, que los animales en la Ciudad de México tienen sus derechos reconocidos en el marco jurídico, mismos que no están siendo respetados por la ciudadanía ni salvaguardados por las autoridades competentes, ya que se ha violentado su integridad y en algunos casos se ha afectado su vida, por esta razón es por lo que solicitó el apoyo de todos mis compañeros Diputados de esta Segunda Legislatura, ya que los vecinos de Tláhuac, piden ser escuchados en esta tan noble petición”, sostuvo.

Recordó que La Ley de Protección a los Animales de la Ciudad de México, establece en sus artículos 1, 2 y 3, tienen por objeto proteger a los animales, garantizar su bienestar, brindarles atención, buen trato, manutención, alojamiento, desarrollo natural, salud y evitarles el maltrato, la crueldad, el sufrimiento, la zoofilia y la deformación de sus características físicas, así como asegurar la sanidad animal, la salud pública y las cinco libertades del animal, siendo estas: libre de hambre, sed y desnutrición, miedos y angustias, de incomodidades físicas o térmicas, de dolor, lesiones o enfermedades, y para expresar las pautas propias de comportamiento.